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Después de dos años de restricciones, la zona arqueológica de Toniná, ubicada en el municipio de Ocosingo, Chiapas, se prepara para abrir nuevamente sus puertas al público gracias a la recuperación de nueve hectáreas de terreno privado dentro del polígono del sitio. Este avance se logró mediante la declaratoria de utilidad pública, publicada la semana pasada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que permitirá garantizar el libre tránsito de visitantes y fortalecer la investigación, conservación y divulgación de este emblemático centro ceremonial maya.
Según un comunicado de la Secretaría de Cultura federal, la medida no solo asegura el acceso público al sitio patrimonial, sino que también vincula a las comunidades originarias vecinas, promoviendo su participación en la preservación del lugar y en la promoción de un turismo cultural responsable. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respaldó la decisión, que Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura federal, calificó como un acto de justicia histórica y reconocimiento a la memoria e identidad del pueblo chiapaneco.
La declaratoria, resultado de una solicitud del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), busca garantizar que Toniná sea un espacio accesible para el público y que se mantenga como un centro de investigación arqueológica y resguardo patrimonial. Con esta acción, se pretende asegurar la conservación de uno de los asentamientos precolombinos más destacados de México, conocido en la antigüedad como Po o Popo.
Toniná fue declarado zona de monumentos arqueológicos en 1994, con una extensión de 57 hectáreas, 29 áreas y 13 centiáreas. Construido sobre una elevación artificial de 70 metros, el sitio cuenta con siete plataformas que sostienen templos, palacios y espacios rituales, conectados por 260 escalinatas. Su periodo de mayor esplendor se registró entre los siglos VII y IX, aunque la primera inscripción calendárica conocida data del año 593.
El sitio combina monumentalidad arquitectónica con un extenso registro escultórico, con más de 200 esculturas, estelas y altorrelieves que relatan la historia de linajes dinásticos, guerras, rituales y relaciones con otras ciudades mayas como Palenque, Tikal y Copán. Entre sus elementos destacados se encuentran murales como el de las Cuatro edades cósmicas, estructuras como los palacios del Inframundo y de las Grecas, así como juegos de pelota que formaban parte de rituales deportivos y ceremoniales, incluyendo sacrificios de prisioneros.
La declaratoria también garantiza que las comunidades originarias continúen realizando ceremonias tradicionales, relacionadas con la cosecha, los solsticios, los equinoccios y ofrendas a la naturaleza y a los ancestros.
Toniná había enfrentado cierres intermitentes debido a que parte de su acceso era propiedad privada, lo que obligaba al INAH a negociar indemnizaciones. Aunque aún no se han precisado los detalles sobre los acuerdos finales o la aplicación de la Ley de Expropiación, la recuperación de las hectáreas marca un paso decisivo para consolidar el sitio como un espacio cultural y turístico abierto a todos los visitantes.
Con su reapertura, Toniná no solo recupera su valor histórico y patrimonial, sino que también fortalece la identidad cultural de Chiapas, ofreciendo a locales y turistas la oportunidad de conocer más sobre la grandeza de la civilización maya y su legado.
FOTO: CORTESÍA
PIE DE FOTO: Con su reapertura, Toniná no solo recupera su valor histórico y patrimonial, sino que también fortalece la identidad cultural de Chiapas.

