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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Galería José María Velasco (GJMV), presentan las exposiciones Los rótulos no deben morir y Love Letters, dos proyectos que celebran la cultura visual como espacio de memoria, identidad y diálogo comunitario. Las muestras marcan la reapertura del recinto tras un proceso de renovación de sus instalaciones, reafirmando su vocación pública y su vínculo con el barrio.

El director de la Galería José María Velasco, Luis Miguel León Cornejo, informó que durante cuatro meses se realizaron trabajos de mejora que incluyeron cambio de piso, pintura de techumbre, habilitación de nuevos espacios de exhibición y el montaje de un mural del artista Manuel Manrique. “Hoy presentamos una Galería José María Velasco remodelada, mejorada y con el compromiso de ofrecer a artistas, públicos y comunidades un espacio renovado y digno, acorde a su importancia histórica”, expresó.

En este contexto, León Cornejo subrayó que ambas exposiciones “nos recuerdan la vitalidad de las prácticas artísticas que dialogan profundamente con la identidad, la memoria afectiva y el espacio público”. Acompañado por Quetzalcóatl Molina e Isaías Salgado, colaboradores de Los rótulos no deben morir, así como por Fabián Debora y Alfonso Vázquez, responsables de Love Letters, agradeció la participación de artistas, rotulistas y al Centro de la Imagen, institución que facilitó parte del material fotográfico exhibido.

Los rótulos no deben morir reúne cerca de cien piezas que exploran el rótulo como oficio, lenguaje visual y memoria urbana en México. Curada por el promotor y curador Quetzalcóatl Molina, la muestra se articula en cinco núcleos temáticos que recorren desde las pulquerías y el barrio de Tepito hasta la producción de nuevos rotulistas. Fotografías históricas de autoras y autores como Graciela Iturbide, Nacho López, los Hermanos Mayo, Mariana Yampolsky, Yolanda Andrade y Tina Modotti dialogan con obra contemporánea realizada con pincel, aerosol y aerógrafo.

Molina destacó la relevancia de visibilizar un lenguaje gráfico históricamente marginado y celebró la declaratoria del rótulo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, la cual contempla mesas de trabajo, acciones de salvaguardia y el reconocimiento del gremio. “Estas imágenes nos permiten entender cómo el rótulo ha sido parte esencial de la vida cotidiana y de la identidad visual de la ciudad”, señaló.

Por su parte, Love Letters, del artista y activista Fabián Debora, propone un acercamiento íntimo a historias marcadas por la experiencia de pandillas, encarcelamiento y estigmatización en Estados Unidos. El proyecto, integrado por diez retratos y diez cartas de amor escritas por las personas retratadas o por alguien cercano a ellas, busca amplificar voces históricamente silenciadas y reclamar su humanidad. A través de códigos QR, el público puede acceder a los textos y establecer una lectura profunda más allá de la imagen.

Debora explicó que el proyecto nació en Los Ángeles como una herramienta para combatir injusticias sociales y desmontar estereotipos. “Es una forma de traer estas historias al frente y comenzar a remover el estigma que pesa sobre ciertas identidades”, afirmó. La exposición se complementa con un documental y se inscribe en una práctica artística que entiende el arte como vía de sanación, reflexión y transformación social.

Con esta doble exposición, la Galería José María Velasco reafirma su papel como espacio de encuentro entre arte, comunidad y memoria, y se consolida como un referente para prácticas que dialogan con la vida barrial y las narrativas que emergen desde lo colectivo.

FOTO: CORTESÍA

PIE DE FOTO: Doble reapertura en la Galería José María Velasco.