Historia, evolución e impacto en la cultura y el arte, en el país

Isabel Nigenda Noticias

En honor al maestro neerlandés Rembrandt Harmenszoon van Rijn, reconocido pintor y grabador del periodo barroco, el mundo celebra el Día Internacional del Grabador cada 15 de julio. En México, esta fecha es una oportunidad para reflexionar sobre la rica historia del grabado en el país, su evolución y su impacto en la cultura y el arte.

La presencia del grabado en México se remonta a 1826, cuando el conde italiano Claudio Linati introdujo la técnica de la litografía en el país. Poco después, en 1895, José Guadalupe Posada popularizó el grabado en zinc, convirtiéndolo en su medio de expresión principal. Con habilidad y arte, Posada logró una mayor rapidez en la ejecución de sus obras, y sus grabados en zinc dejaron un legado perdurable. Ejemplo de ello es la icónica «Soldadera maderista» de la Colección Blaisten.

La Revolución Mexicana marcó un punto de inflexión en el grabado mexicano, impregnándolo de un nuevo estilo y contenido ideológico. Esta nueva visión artística se caracterizó por una militancia activa y una conciencia política y nacionalista, como se evidencia en la obra de Ángel Zamarripa, quien retrató a Emiliano Zapata, uno de los líderes del movimiento armado, parte del acervo de la Colección Blaisten.

En 1921, el artista francés Jean Charlot llegó a México y su obra impulsó a una generación de artistas mexicanos en el arte del grabado. Durante ese mismo año, surgió la revista «El Sembrador», en la que colaboraron artistas como Ramón Alva de la Canal, Ezequiel Negrete, Leopoldo Méndez, Gabriel Fernández Ledesma y Fernando Díaz de León, quienes aportaron sus grabados.

En 1924, gracias a la iniciativa de José Vasconcelos, se organizó la Feria del Libro en el Palacio de Minería, donde se exhibieron por primera vez grabados en madera realizados por Gabriel Fernández Ledesma y grabados en linóleo de Francisco Díaz de León.

En 1928, el movimiento «¡30-30!» se puso en marcha, con sus manifiestos y la revista «¡30-30! Órgano de los Pintores de México», que se ilustraron con grabados. Los directores de las Escuelas al Aire Libre y de los Centros Populares pertenecían a este grupo. En ese contexto, Francisco Díaz de León creó una obra relacionada con dicha publicación, que forma parte del Fondo Díaz de León de la Colección Blaisten.

En 1934, en un clima de intenso nacionalismo y gran interés por las ideas socialistas, surgió la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). La revista «Frente a Frente», editada por la LEAR, contenía artículos literarios, traducciones y entrevistas, ilustrados con grabados de alta calidad que reflejaban la alianza entre artistas y organizaciones de masas. Entre los artistas destacados se encontraba Pablo O’Higgins, cuya obra «Madre indígena» forma parte del acervo de la Colección Blaisten.

Una corporación fundamental en el desarrollo del grabado en México fue el Taller de Gráfica Popular, creado en 1937 por Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins y Luis Arenal. El objetivo principal del taller era introducir un contenido popular en las artes gráficas y hacerlas accesibles a las masas. Además, brindó a los artistas la oportunidad de imprimir sus propias obras, preservando así su idiosincrasia artística. De la carpeta dedicada al Taller de Gráfica Popular de la Colección Blaisten, destaca la obra «Tren Revolucionario» de Ignacio Aguirre.

El Taller de Gráfica Popular se caracterizaba por su filosofía de apoyo a los movimientos obreros y campesinos, y enfatizaba la importancia de lograr mejores salarios, expandir la educación entre el pueblo y acabar con la guerra y el fascismo.

En este Día Internacional del Grabador, es importante reconocer y celebrar el legado del grabado en México, que ha sido una forma de expresión artística y política fundamental a lo largo de la historia. Los grabadores mexicanos han dejado una huella imborrable en el arte y la cultura del país, y su trabajo continúa inspirando a las generaciones actuales y futuras.

Foto: Cortesía

Pie de foto: En este Día Internacional del Grabador, es importante reconocer y celebrar el legado del grabado en México.