Patricia Cardona reflexiona sobre el origen del arte en movimiento

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“El bios es el origen de todo lo que conocemos como arte escénico; es inherente a nuestra biología. A partir de él se estructura la inspiración, la imaginación y la creación”, afirmó la investigadora y crítica de danza Patricia Cardona durante el conversatorio Del Bios Escénico a la Poética del Bailarín/Actor, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Su intervención convocó a estudiantes, docentes y jóvenes bailarines interesados en comprender el trasfondo corporal, filosófico y poético que sostiene la práctica dancística contemporánea.

Ante un público predominantemente joven, Cardona remarcó la grandeza del quehacer escénico: “Su labor es más grande de lo que imaginamos; es inconmensurable, maravillosa”. Explicó que el cuerpo del bailarín y del actor es, antes que nada, un cuerpo animal: neutro, universal, pero profundamente expresivo. En él convergen la intuición, la sensibilidad y la memoria física, elementos que permiten que el intérprete encarne múltiples presencias. “Somos bios y poéticos por derecho de nacimiento; somos pulso e impulso, creatividad, imaginación y autenticicad”, subrayó.

La también docente reflexionó sobre el estado extraordinario que algunos intérpretes alcanzan durante la ejecución escénica. Retomando a Platón y su idea del “furor divino”, señaló que solo en momentos de libertad total puede surgir una euforia creadora: una locura poética que surge desde lo más profundo del cuerpo. En esos instantes, explicó, espíritu y materia se fusionan y generan una cualidad de pureza capaz de conmover y transformar a quien observa.

En esa línea, Cardona afirmó que las representaciones dancísticas más auténticas son aquellas que “enamoran de la vida” y transforman tanto al espectador como al propio intérprete. La experiencia escénica, dijo, se vuelve un puente entre el bios del bailarín y el éxtasis poético del instante, creando una comunión momentánea en la que ambos se funden en un mismo pulso.

Autora de Telar de poéticas. Del maestro creador al estudiante creador, la investigadora compartió que su acercamiento a la danza no se limita al estudio teórico. “Me convertí en un laboratorio de mí misma para conocer ese mundo escénico”, expresó, señalando que su investigación parte de la vivencia corporal y no solo del análisis intelectual. Su trabajo también dialoga con la ecología, pues encuentra en el movimiento de animales como águilas, ballenas y venados una fuente de aprendizaje sobre la naturaleza ancestral del cuerpo humano.

Con más de 40 años de trayectoria, Patricia Cardona ha desarrollado una obra que abarca libros, ensayos, artículos, seminarios y conferencias. Estudió filosofía y se especializó en la Escuela Internacional de Antropología Teatral, dirigida por Eugenio Barba, donde fortaleció su visión sobre la creación escénica como un campo en el que convergen saberes corporales, culturales y poéticos. Su labor, reconocida en el ámbito artístico de México y América Latina, continúa nutriendo nuevas reflexiones sobre la enseñanza, la sensibilidad y la práctica del arte en movimiento.

El conversatorio organizado por el INBAL se consolidó así como un espacio de diálogo para comprender que la danza —antes que técnica o estilo— es un fenómeno vital: un lenguaje nacido del cuerpo que respira, imagina y crea.

FOTO: CORTESÍA

PIE DE FOTO: El conversatorio organizado por el INBAL se consolidó así como un espacio de diálogo para comprender que la danza —antes que técnica o estilo— es un fenómeno vital.