Visionario de la naturaleza y la enseñanza en Chiapas

Karla Gómez Noticias

El 12 de febrero de 1896, en la finca Don Ventura del municipio de San Fernando, Chiapas, nació una figura que dejaría una huella en la historia de la paleontología y la educación en la región: el Profesor Eliseo Palacios Aguilera. Sus padres, José Pioquinto Palacios Barahona y Sofía Aguilera de Palacios, le dieron la bienvenida a este mundo lleno de posibilidades.

Desde una temprana edad, Palacios demostró un interés innato por el conocimiento y la naturaleza. Después de cursar la primaria en su pueblo natal, continuó sus estudios en la Escuela Industrial Militar y la Escuela Preparatoria de Tuxtla Gutiérrez, hasta que la Revolución Mexicana interrumpió su educación a los quince años, cuando se unió al Batallón «Hijos de Tuxtla».

A pesar de las adversidades, Eliseo Palacios no renunció a su búsqueda de conocimiento. Continuó su preparación en la Escuela Nacional de Agricultura y la Escuela Nacional de Medicina en la Ciudad de México, aunque motivos económicos lo llevaron a abandonar esta última institución. Finalmente, en 1935, se graduó como Profesor Normalista en Tuxtla Gutiérrez.

El compromiso de Palacios con la educación y la comunidad fue evidente a lo largo de su vida. Se desempeñó como catedrático en diversas instituciones educativas, impartiendo clases de Biología, Anatomía, Fisiología, Geografía y más. Su pasión por la enseñanza trascendió las aulas, organizando recorridos de campo para observaciones botánicas y recolección de muestras.

Pero su legado va más allá de la enseñanza. El Profesor Palacios fue un pilar en la promoción de la salud pública, sirviendo como Agente de Brigada de Vacunación y ocupando cargos en la Sexta Delegación de Salubridad y la Tesorería General del Estado. También fue Secretario de la Dirección General de Educación Pública de Chiapas y miembro del Comité Oficial de Lucha contra el Alcoholismo.

Sin embargo, fue su amor por la naturaleza lo que definiría su legado más perdurable. Palacios mantenía un zoológico personal en su casa, donde albergaba animales silvestres y desarrollaba su interés por la paleontología. Su descubrimiento de restos fósiles en la región de La Frailesca condujo a la fundación del Museo de Historia Natural y Viveros Tropicales en Tuxtla Gutiérrez.

El Profesor Palacios no solo dejó un impacto en el ámbito científico y educativo, sino también en la comunidad chiapaneca. Su carisma y generosidad lo convirtieron en una figura querida y respetada, recordada con cariño por sus alumnos y colegas. Aunque su vida fue truncada por un paro cardiaco a los 48 años el 23 de octubre de 1944, su legado perdura en las instituciones que fundó y en el reconocimiento de su invaluable contribución a la paleontología y la educación en Chiapas.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: Desde una temprana edad, Palacios demostró un interés innato por el conocimiento y la naturaleza.