Silvestre Revueltas falleció el 5 de octubre de 1940

Isabel Nigenda
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Silvestre Revueltas falleció el 5 de octubre de 1940 a causa de una bronconeumonía. Tiempo después, en 1976, sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres.
A más de ocho décadas de su deceso, el legado musical del compositor ha trascendido en el tiempo, ya que musicalizó películas nacionales y extranjeras, por lo que se mantiene como uno de los más influyentes representantes de la corriente musical nacionalista mexicana.
Su obra es parte fundamental del repertorio de las principales orquestas sinfónicas de México y países de Latinoamérica, su legado ha sido difundido ampliamente. En especial se recuerda al violinista e investigador Sergio Ortiz, fallecido en 2019, como uno de sus más fervientes impulsores.
Sergio Ortiz comentó en alguna ocasión: “Revueltas es un pilar de la música de concierto de México y su obra contribuyó de manera definitoria a la evolución del nacionalismo musical de nuestro país, movimiento que tomó en cuenta la expresión tradicional y popular para que, mediante el tratamiento de las formas establecidas de la cultura musical occidental, pudiera adquirir una imagen y presencia diferentes.
“Compositor autodidacta que contó con una escasa producción musical, pero muy valiosa, fue un creador que realizó prácticamente su repertorio en los años treinta, época del nacionalismo mexicano. Escribió música acorde a la dinámica social de su tiempo. Sin discusión alguna, se trata del compositor genial que le dio una identidad al paisaje sonoro mexicano, por lo que su sonido es inconfundible”.
Silvestre Revueltas nació en Santiago Papasquiaro, Durango, el 31 de diciembre de 1899; fue considerado un niño prodigio, ya que a los 11 años de edad dio su primer recital de violín, instrumento que siguió estudiando (al igual que composición) en el Conservatorio Nacional de Música del Inbal. Sus primeras obras datan de 1915, en plena Revolución Mexicana.
A los 17 años, a instancias de su padre, Gregorio Revueltas, ingresó en la escuela jesuita de St. Edwards en Texas, donde descubrió la música de Claude Debussy, quien fue una de sus grandes influencias.
Al tiempo que adquiría una intensa formación musical, se conectó con los movimientos políticos de izquierda. Volvió a México en 1923, justo cuando el secretario de Educación, José Vasconcelos, emprendía las misiones culturales que llegaron a todos los rincones del país. En esta época, se hizo amigo de otro gran compositor: Carlos Chávez.
Tras varios años como destacado violinista concertista, Revueltas se reveló como un gran compositor. En 1929, su amigo Carlos Chávez creó la Orquesta Sinfónica de México e invitó a Revueltas a unirse a ella como asistente, lo cual le dio la oportunidad de dar a conocer sus propias composiciones.
Al momento de su muerte (5 de octubre de 1940), Revueltas trabajaba en la creación de la música de una coreografía inspirada en los grabados de José Guadalupe Posada: La coronela, obra que dejó trunca y de la que se han presentado al menos dos orquestaciones por parte de destacados músicos mexicanos.