La muestra no sólo propone un recorrido expositivo, sino un punto de encuentro vivo, en constante transformación
Karla Gómez NOTICIAS

Pantallas, sensores y lenguas indígenas; semillas, aves y esculturas interactivas. Todos estos elementos convergen en la recién inaugurada Casa Tecnologías de la Naturaleza, una propuesta del Centro de Cultura Digital (CCD) en colaboración con el Complejo Cultural Los Pinos, que desde el sábado 3 de mayo abrió sus puertas en la Sala Miguel de la Madrid.
Este innovador espacio busca repensar la relación entre tecnología y medio ambiente, a través de instalaciones artísticas y experiencias sensoriales que articulan los saberes ancestrales con herramientas digitales contemporáneas. La muestra no sólo propone un recorrido expositivo, sino un punto de encuentro vivo, en constante transformación.
Durante la apertura, la directora de Los Pinos, Elisa Lemus Cano, destacó que el proyecto responde al interés de vincular el entorno natural del bosque con la creación cultural. “Aquí se aborda la milpa, la flora, la fauna y los conocimientos heredados, pero en diálogo con nuevas formas de creación”, explicó.
Marcela Flores Méndez, directora del CCD, subrayó la visión que da origen a este espacio: “Tecnología y vida no son opuestos. En esta casa promovemos el cuidado del entorno desde la cultura, no desde la dominación”.
El recorrido inicia con Mirada Suspendida, un refugio para aves que permite observar su comportamiento en tiempo real sin interferir. Le sigue Ceiba, una escultura luminosa de tres metros inspirada en el árbol sagrado de las culturas mesoamericanas. Luces y sonidos ambientales acompañan al visitante en una experiencia de contemplación.
Otra pieza clave es Memoria Verde, que documenta en video la germinación de semillas de frijol mediante una cámara que captura su crecimiento cada tres horas. Esta obra propone una pausa frente al ritmo acelerado de la vida digital.
El recorrido concluye con el Mapa de Lenguas, que visibiliza las 368 variantes lingüísticas indígenas del país. Junto a él, se ofrecen tres apps para aprender náhuatl, mixteco y purépecha.
Además de la muestra permanente, la casa contará con actividades paralelas como caminatas sonoras, talleres de cocina y lengua, y ferias tecnológicas. “Queremos que sea un espacio vivo, que respire y se transforme”, afirmó Lemus.
Para el CCD, esta inauguración representa una extensión de su trabajo fuera de la Estela de Luz, en línea con su estrategia de descentralización y diálogo con comunidades más amplias.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Pantallas, sensores y lenguas indígenas; semillas, aves y esculturas interactivas.