En la Sala del Parachico del Centro Cultural Ex Convento Santo Domingo, se realizó la inauguración de la exposición fotográfica de Julio César Aguilar Suárez 

Isabel Nigenda

Para el fotógrafo Julio César Aguilar Suárez, “la fotografía es la memoria”, aquella que permite registrar lo que ocurre en el contexto.  

De acuerdo a aquella idea, el 4 de enero, a las 17:30 horas, en la Sala del Parachico del Centro Cultural Ex Convento Santo Domingo, se realizó la inauguración de la exposición fotográfica “Espiritualidad y poder, rol simbólico del patrón de los Parachicos”, de Julio César Aguilar Suárez.  

En entrevista, el fotógrafo mencionó que considera que la expresión cultural en torno al Parachico se está viendo amenazada. Cada año se integran “elementos extraños”, que no tienen que ver con la realización de la Fiesta Grande de Enero. Partiendo de aquel hecho, el fotógrafo vio la importancia de registrar lo que está ocurriendo. 

La exposición le tomó aproximadamente entre cuatro y cinco años de trabajo.

Fotos: Isabel Nigenda. Exposición fotográfica “Espiritualidad y poder, rol simbólico del patrón de los Parachicos”.

“Fue difícil escoger las imágenes. Ya que, hay imágenes que son muy íntimas que no creímos necesarias enseñarlas, entonces se quedaron guardadas”, argumentó. 

Desde el momento de la realización de la exposición, Julio César Aguilar pensó las fotografias en blanco y negro, “porque quita elementos distractores, como el color. La fiesta de enero esta llena de color, entonces lo que pretendiamos con el blanco y negro es centrar la atención en el sujeto y no en los colores que están alrededor”, añadió.

Posteriormente, dijo que la serie está compuesta por 25 imágenes, que reflejan diferentes momentos que evidencian el rol del patrón de los Parachicos y momentos de la fiesta.        

“Soy Parachico y soy fotógrafo. De hecho, fue difícil porque en el 2019 no pude salir de Parachico, tuve que estar detrás de la imagen, pero el último día, el 23, después de la misa, deje tirada la cámara y salí corriendo a mi casa a vestirme para integrarme a la celebración”, compartió.

Durante la entrevista, tras preguntarle si las sensaciones que tiene cuando es Parachico y cuando es fotógrafo son diferentes o iguales, Julio César Aguilar contestó: “las sensaciones son similares. Tengo esa misma sensación de adrenalina, necesidad de bailar y de repente cuando estoy vestido de Parachico veo una imagen y pienso que debería tener mi cámara. Igualmente, sucede cuando estoy como fotógrafo, con mi cámara, pienso debería estar bailando como parachico”.

Para Julio César Aguilar, ser Parachico le da identidad y le permite sentirse orgulloso de ser chiapacorceño, pues en su identidad habitan sus antepasados, aquellos que le permitieron descubrirse como fotógrafo.

“Siempre me llamaron la atención las fotografías, de niño me gustaba esculcar el álbum de la familia y algunas imágenes me llamaban más la atención que otras. En la secundaria tuve la oportunidad de tener una camarita de 120 que casi no funcionaba, tenía que aplastar el obturador para que disparara, así surgieron mis primeras imágenes. Cuando empecé a trabajar como profesor, con mi primer salario hice todo lo posible para poder comprarme una cámara, fue así como inicié con la fotografía de naturaleza, ya que, al ir al trabajo me encontraba con escenarios bonitos, fue así como inicié», recordó.   

Finalmente, resaltó que pasó de la fotografía de naturaleza a la fotografía antropológica, la que le permite hacer un llamado de atención a su pueblo, “necesitamos recomponer lo que está sucediendo en nuestra fiesta. Yo creo que si en cinco o diez años no intervenimos estos se va descontrolar”, finalizó.

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