Ana Liz Leyte NOTICIAS

En Chiapas, una de las tradiciones que aún perdura –pero que poco a poco ha ido disminuyendo- es la Nacida y Sentada del Niño Dios. La primera se realiza el 24 de diciembre y la segunda suele llevarse a cabo a los 40 días, es decir, el 02 de febrero, Día de la Candelaria.
Este día, familias, amigos y vecinos se reúnen, “levantan” al niño Dios y posteriormente lo colocan en los altares de cada vivienda, mismo que acostumbran dejarlo hasta el próximo año.
Las personas eligen vestir a sus niñitos de acuerdo al santo de su devoción, pero también de acuerdo a la profesión de algún familiar o propietario del niñito.
“Tenemos diferentes vestiditos para el niño Dios, desde el más pequeñito hasta el más grande y los costos van desde 60 pesos, hasta 200 y 600 pesos”, explicó Magdalena Chávez Pérez, locataria en el Mercado Juan Sabines de Tuxtla Gutiérrez.
Incluso, hay quienes piden se vistan de acuerdo a sus personajes favoritos o hasta su equipo de fútbol, aunque doña Magdalena prefiere dejarles en claro que esos trajes no los vende, pero recomienda otros locales en donde sí los elaboran.
“No tienen amor al niño Jesús, porque buscan atuendos que, de chiapanecas, parachicos, futbolistas, pero no es así, Jesús es Jesús”, refutó.
En los mercados públicos de Chiapas, decenas de locales se dedican exclusivamente a vestirlos, sin embargo, aseguran que conforme han pasado los años, esta tradición ha disminuido, debido al desinterés de las nuevas generaciones por preservar estas tradiciones, pero también por la difícil situación económica de las familias.
“Invito a las nuevas generaciones a que no se olviden porque esto es como tradicional como religioso, que no se pierdan las tradiciones le invitamos a que vengan a vestir los niños Dios”, finalizó la señora Magdalena Chávez.

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En Chiapas, una de las tradiciones que aún perdura –pero que poco a poco ha ido disminuyendo- es la Nacida y Sentada del Niño Dios.
Foto. Ana Liz Leyte