El Arzobispo de Tuxtla señaló que endurecer sanciones sin invertir en educación y acompañamiento solo incrementa el sufrimiento de las familias
Luis Vallejo NOTICIAS

La falta de cifras oficiales recientes y la persistencia de agresiones dentro del entorno familiar obligan a reforzar las políticas de prevención y atención integral del abuso sexual infantil, advirtió Monseñor José Francisco González González, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez.
En entrevista, el líder religioso señaló que el abuso contra niñas y niños sigue siendo una realidad evidente, aunque poco dimensionada, especialmente en estados como Chiapas, donde no se cuenta con datos actualizados desde 2019. Recordó que la mayoría de los casos ocurren dentro del hogar o en círculos de confianza, lo que hace urgente fortalecer la educación en el respeto y el cuidado hacia la niñez.
“Los abusos en gran porcentaje se dan de manera intradoméstica. Nos falta una cultura de respeto y una educación adecuada en la sexualidad y los afectos”, sostuvo. Agregó que la ausencia de formación emocional puede desencadenar conductas dañinas que vulneran a los menores.
El arzobispo reconoció que existen propuestas legislativas para imponer penas severas —como condenas de hasta 100 años de prisión—, no obstantem insistió en que estas medidas no sustituyen la prevención. En su opinión, endurecer sanciones sin invertir en educación y acompañamiento solo incrementa el sufrimiento de las familias.
“Más que castigos de por vida, necesitamos estrategias preventivas en las familias, escuelas, iglesias y espacios comunitarios. Eso nos falta muchísimo en México”, expresó.
Afirmó que la prevención debe incluir formación para proteger la inocencia de los niños, así como detectar señales tempranas de riesgo dentro del hogar y en su entorno inmediato.
González González también lamentó que las políticas públicas se enfoquen en reducir cifras más que en atender el daño causado por cada agresión. Subrayó que las víctimas enfrentan heridas físicas, psicológicas y emocionales que requieren acompañamiento especializado, algo que, dijo, el país no está garantizando.
“Todo abuso sexual, y aún más cuando deriva en un aborto, deja traumas difíciles de sanar. Nuestro país no invierte en atención ni acompañamiento. Somos tajantes en bajar números, pero no en resolver el problema desde la raíz”, enfatizó.
González González también planteó la necesidad de considerar factores estructurales que favorecen los abusos, como la convivencia continua entre adultos y menores en viviendas pequeñas. Propuso explorar modelos habitacionales que permitan separar espacios para adultos, jóvenes y niños, como parte de una estrategia integral de prevención.
“Si sabemos que en las casas suceden muchos abusos, habría que pensar arquitectónicamente cómo evitar que la cercanía constante facilite estas situaciones. Sin educación en sexualidad, la proximidad puede propiciar agresiones”, dijo.
Para finalizar, hizo un llamado a las autoridades a asumir la responsabilidad de atender el problema con políticas profundas y sostenidas, centradas en la protección, educación y bienestar de la infancia.
Foto: Luis Vallejo
Pie: El arzobispo también planteó la necesidad de considerar factores estructurales que favorecen los abusos, como la convivencia continua entre adultos y menores en viviendas pequeñas.
