Jhonatan González NOTICIAS

Personas migrantes que se encuentran lejos de su hogar y de sus países de origen debido a la migración fueron las protagonistas de la Posada del Migrante realizada en la capital chiapaneca, en el marco del Día Internacional de las Personas Migrantes. La actividad fue organizada por la Pastoral Social Cáritas de la Arquidiócesis de Tuxtla, con el objetivo de brindar un espacio de esperanza, encuentro y acompañamiento a familias que permanecen en tránsito o asentadas temporalmente en la ciudad.

El padre Gilberto Hernández García, responsable de la Pastoral Social Cáritas, explicó que esta posada se lleva a cabo cada año como un signo de solidaridad y memoria, al recordar el caminar de José y María rumbo a Belén, una experiencia que refleja la realidad que viven hoy miles de personas migrantes.

“Le llamamos Posada del Migrante porque queremos recordar este tránsito de José y María, buscando un lugar donde albergarse.

Encontramos muchas similitudes con nuestros hermanos migrantes que atraviesan por nuestra tierra”, expresó.

Aunque no se precisó el número exacto de asistentes, el sacerdote señaló que se trata de un grupo significativo de familias, muchas de las cuales permanecen en Tuxtla Gutiérrez debido a los cambios recientes en las políticas migratorias de Estados Unidos, que han dificultado su avance hacia la frontera norte.

Durante la posada, se compartió un momento de alegría y esperanza, además de reforzar el acompañamiento pastoral y humano a quienes continúan enfrentando diversas necesidades.

El padre Hernández destacó el trabajo de la Casa del Migrante “Jesús espera en el camino”, un espacio que forma parte de la Pastoral de la Movilidad Humana y que desde hace 16 años brinda atención integral a personas migrantes. Este albergue fue fundado por don Rogelio Cabrera, primer arzobispo de Tuxtla.

En este lugar, las personas migrantes reciben alojamiento temporal, alimentos, servicios de higiene, atención médica, psicológica, espiritual y orientación legal, especialmente en casos donde sus derechos humanos han sido vulnerados.

“El objetivo es que sea un espacio de recuperación y descanso. Antes, cuando los flujos eran más grandes, permanecían solo tres días; ahora, al ser menos, se quedan un poco más, pero siempre con la misma atención”, explicó.

El sostenimiento de la casa depende principalmente de donaciones de personas solidarias, alianzas con organizaciones y actividades realizadas por el propio equipo pastoral.

Ante señalamientos sobre posibles conflictos protagonizados por migrantes en la ciudad, el sacerdote aclaró que no tiene conocimiento directo de estos hechos, pero reiteró el llamado a la convivencia pacífica.

“Una vez que la ciudad les ha abierto las puertas, los invitamos a que aprendan a convivir pacíficamente y no se expongan con actitudes que generen desconfianza”, señaló.

Finalmente, subrayó que la migración es, por sí misma, una condición de vulnerabilidad, ya que muchas personas llegan enfermas, con cargas emocionales fuertes y enfrentando el rechazo social.

“Todavía existen brotes de xenofobia. Invitamos a la población de Tuxtla a ser más acogedora y a recordar que, en algún momento, todos podemos ser migrantes o estar en situación de riesgo”, concluyó.

PIE DE FOTO:

Personas migrantes que se encuentran lejos de su hogar y de sus países de origen fueron a la Posada del Migrante realizada en la capital chiapaneca.

FOTO: Jhonatan González