Jóvenes se disfrazaron con ropa de camuflaje militar, pero también de uno de los cárteles del crimen organizado, mientras que otros de delincuentes, payasos, monos y lobos
Jhonatan González NOTICIAS

Con la apología del crimen organizado y la violencia que se vive en Chiapas, fue como jóvenes del municipio tzotzil de Zinacantán, localizado en la zona Altos, celebraron este martes el último día del tradicional Carnaval K´intajemol 2024.
Para este año una comparsa de alrededor de 30 jóvenes se disfrazó con ropa de camuflaje militar, simulando ser elementos de las fuerzas de operaciones especiales pero también de uno de los cárteles del crimen organizado, mientras que otros de delincuentes, payasos, monos y lobos.
En entrevista uno de los jóvenes que vestía ropa de las fuerzas federales, con el rostro cubierto por un pasamontaña negro, chaleco, casco, lentes obscuros y una insignia que hacía referencia a la delincuencia organizada, relató que su atuendo corresponde a uno de los sueños que siempre ha tenido, el cual es entrar al ejército.
“Estamos cuidando a estos paisanos (…) Mi misión es divertirnos este día con estos cuates del legendario Iloú -nombre del grupo de jóvenes- (…) La verdad es que siempre nos ha gustado este tipo de nuestros héroes de nuestra patria, porque me siento seguro con mi disfraz y se ve muy bien. Me da más ganas de bailar con mi arma”, explicó.
Desde muy temprano se reunieron en pequeños grupos distribuidos en diferentes puntos de la cabecera municipal, donde de manera apresurada se montaron en el disfraz, para luego recorrer las calles de Zinacantán, acompañados de música electrónica y también de banda.
De acuerdo con Mariano de Jesús Pérez Hernández, investigador del Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígena (CELALI), señaló que la también llamada fiesta de juegos es una celebración milenaria que está ligada al sincretismo de los pueblos indígenas del estado sureño de México, pero también al calendario maya y a la madre tierra.
“Aquí en la región de los Altos se k´intajemol, la fiesta de los pueblos, que es el carnaval, que prácticamente son los cinco días perdidos del calendario maya, pero también es el término de la cosecha y el inicio del nuevo ciclo”, explicó.
La organización de los rituales y la celebración del carnaval estuvo a cargo de las autoridades religiosas y municipales, quienes ataviados con sus trajes tradicionales, danzaron al son de la música de violín, guitarra, arpa y flauta de carrizo en los centros ceremoniales y sitios emblemáticos.
“Ellos realizan también visitas en los sitios sagrados, en principales sitios sagrados de Zinacantán y llegar a ofrendar de velas e inciensos, la música, la danza, para pedir prácticamente, agradecer al Santo Entierro Jmanvanej, Jesucristo, entonces se agradece a la madre tierra, a Dios, por llegar a una conclusión de una cosecha”, agregó.
Las calles de Zinacantán lucieron repletas de hombres tzotziles, música y folclor, mientras que las actividades escolares y laborales se suspendieron, pues los pobladores se dedicaron a vivir de cerca la festividad y pedir el cese de la violencia, que desde principio de año se ha agudizado en la región de la Sierra Fronteriza.
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Con la apología del crimen organizado y la violencia que se vive en Chiapas, fue como jóvenes celebraron el último día del tradicional Carnaval K´intajemol 2024.
Foto: Jhonatan González