Presuntos integrantes de los Maras lo tiraron a las vías del tren por no pagar su derecho de viaje
Jhonatan González NOTICIAS

Desde hace 15 años, José Israel Guzmán Santos, migrante de nacionalidad salvadoreña, vive entre las montañas de la comunidad El Carrizal, municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, luego de haber sufrido un accidente en las vías del tren mientras viajaba hacia Estados Unidos.
Fue en 2008 cuando decidió salir de su país ante las amenazas que recibió y la ola de violencia que generaba el grupo criminal Mara Salvatrucha. Entró a México por las aguas del río Suchiate, acudió a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), para solicitar asilo pero le fue negado.
En la desesperación por avanzar hacia la Frontera Norte del país, tomó un autobús hacia el municipio de Arriaga, mientras que en la noche del 12 de mayo de ese mismo año decidió subirse al lomo de La Bestia para continuar la travesía, sin embargo, después de que el tren inició marcha se quedó dormido y un par de horas más tarde algunos de los migrantes presuntamente integrantes de Los Maras, lo aventaron a las vías del tren por no pagar la cantidad de 5 mil dólares como derecho a viaje.
“La verdad no recuerdo porque cuando yo caí quedé inconsciente, pues yo desperté, desperté quizás como a las 2 de la mañana que fue cuando me di cuenta que mi pierna estaba llena de arena y empecé a gritar porque estaba bien lejos de la ciudad y empecé a gritar y no se veían casas nada cerca, pero ahí llegaron dos personas que llegaron a brindarme de su ayuda”, relató.
Para José este fue el momento más trágico de su vida, debido a que en el accidente no solo perdió la pierna derecha sino también las ganas de vivir, sus sueños y anhelos por generar mejores condiciones de vida para su familia que se había quedado en su país natal.
Luego de haber permanecido internado cerca de 6 meses en el hospital y de haber superado una fuerte infección en su miembro mutilado fue dado de alta, pero ante la confusión de los hechos y la soledad pidió su repatriación.
“Pues la verdad sentía mucha tristeza porque no se sentía lo mismo, al parecer digamos como un sueño que estás completo pero luego de repente ya despiertas ya con un solo pie, ya no de cuerpo completo, entonces se siente mucha tristeza”, puntualizó.
Pero su lucha no quedó hasta ahí, cuatro años después con muletas y sin ganas de vivir, decidió regresar a Chiapas para hacer un nuevo intento de cumplir el sueño americano, afortunadamente en su camino conoció a Maricela López Reyes, originaria del municipio de Huixtla, con quién formó un hogar y también emprendieron un negocio de venta de frutas y verduras en los semáforos de San Cristóbal de Las Casas, el cual les ha permitido comenzar a construir un patrimonio, pero sobre todo a recuperar las ganas de vivir y disfrutar cada instante que permanecen juntos.
Hoy José lo único que pide a las autoridades de migración, es que le otorguen la residencia permanente y que tomen en cuenta su discapacidad, ya que ha acudido en varias ocasiones a las instalaciones del INM en San Cristóbal de Las Casas, pero le imponen el pago de una multa que sobrepasa su economía para poder realizar el trámite.
Su sueño es ser un mexicano nacionalizado y continuar en la lucha por mejorar sus condiciones de vida, pero sobre todo apoyar a las personas que menos tienen y que hoy atraviesan una situación de tristeza como es su historia.
Pie de foto:
Hoy se encuentra en la lucha de obtener la residencia permanente.
Foto: Jhonatan González