Ante los hechos violentos las familias huyeron a las montañas y a otros municipios
Jhonatan González NOTICIAS

Alrededor de 30 personas que huyeron desde el pasado 25 de noviembre de la violencia generada por el crimen organizado en el ejido Amatitlán municipio de Maravilla Tenejapa, Chiapas, retornaron este miércoles a sus viviendas.
Este grupo de pobladores se suman a los 225 que regresaron el pasado lunes acompañados del presidente municipal, Zoel López Gutiérrez y de las fuerzas federales y estatales, los cuales los escoltaron durante el trayecto desde Comitán.
En entrevista para Milenio, María Elena Pérez desplazada de la localidad anteriormente citada, relató que fue el sábado 25 de noviembre por la noche cuando se recrudecieron las detonaciones de arma de fuego tras la emboscada al Ejército Mexicano donde uno de los elementos perdió la vida, por lo que el miedo invadió a muchos de ellos y decidieron huir a las montañas para resguardarse.
“Me dio tristeza, sí me dio tristeza, porque a la hora de salir se sufre, no es fácil, por motivo que está uno hallado a nuestra casa, aunque pobremente, pues es lo que pasó (…) Los niños lloraban y nosotros teníamos mucho miedo de que vinieran a nuestras casas, por eso decidimos salir como pudimos”, puntualizó.
Adulfo Pérez víctima de desplazamiento forzado también, explicó que es la primera vez que enfrentan estos hechos violentos, por lo que desconocían de dónde venían ni quienes eran los que estaban sembrando el miedo, por lo que la primera noche durmieron en las montañas y al siguiente día se fueron a las llamadas casas solidarios en municipios aledaños.
“Ya la gente, todos acá nos alarmamos, nos dio miedo, salimos a los montes, sufrimos hambre, sufriendo frío y regresamos ya el domingo en la mañana, toda la gente todo espantados se salieron a Comitán otros se fueron con otros familiares y ahí estuvimos nosotros rentando una casita, por eso decidimos venir, vimos que está tranquilo”, señaló.
Los pobladores de Amatitlán también denunciaron que durante diez días fueron acosados por presuntos integrantes del crimen organizado, quienes llegaban a diario hasta el poblado y se posicionaban en las entradas y salidas del centro de abasto, mientras que los más de 39 locatarios no podían conversar entre ellos, reír y mucho menos voltearlos a ver.
Derivado de estos hechos el mercado permanece cerrado y abandonado, pues muchos de los comerciantes no pudieron siquiera cerrar los negocios y tuvieron que huir del lugar ante los disparos y hostigamiento que vivieron, expuso Everardo López, comerciante del mercado público.
“Bastante difícil lo que vivimos, porque tanto los que nos quedamos no pudimos trabajar porque hay miedo, entonces ya no podemos hacer la siembra y ya estamos fuera de tiempo (…) Los locales es la fecha en que no podemos abrir porque tenemos miedo de que regresen, según nos dijeron que van a volver y eso es lo que ya no queremos”, apuntó.
Por acuerdo comunal, la zona de aproximadamente 2 kilómetros donde se registró la emboscada de los militares, se derribaron árboles y maleza para evitar más hechos lamentables y sobre todo garantizar mayor seguridad al transitar por esta vía de comunicación.
Ante ello, los pobladores cansados de la violencia pidieron a las autoridades se restablezca la paz y seguridad en el ejido, para que las familias vuelvan a vivir tranquilos como antes y no estén atemorizados, pues hoy las clases están suspendidas y las calles lucen desoladas.
Pie de foto:
Piden seguridad para las familias y las infancias.
Foto: Jhonatan González