Alejandra Chávez NOTICIAS

El organillero es un músico callejero itinerante, que se gana el sustento ejecutando un instrumento musical autómata, que se constituye por un órgano de tubos portátiles y un sistema mecánico de relojería, conocido coloquialmente como organillo.
La principal función de este músico es la de amenizar las plazas públicas de la ciudad, llevando un repertorio de piezas populares, generalmente bailables.
En Tuxtla Gutiérrez está música callejera comenzó a renacer, por los mercados y la plaza central, Francisco el organillero va acompañado de su hija quien le ayuda a recaudar las propinas del público. Don Francisco ejecuta este instrumento y cuando lo observamos en su minuto podría levantar su mano y saludarte.
Esta mañana Don Francisco llegó a la plaza central de Tuxtla Gutiérrez y ejecutó el organillo, a su alrededor el vaivén de la gente, quienes daban una moneda, sonreían al paso o simplemente se paraban unos minutos a deleitarse con la ejecución.
Cuauhtémoc Aviléz, no dudó en pararse algunos minutos a deleitarse con este instrumento, señaló que le recuerdan a su tiempo de estudiante en la Ciudad de México, cuando los jóvenes que tenían mayor economía conquistaban al ritmo de la marimba y del mariachi, los jóvenes con menos recursos llevaban el organillo y con solo cinco canciones se las arreglaban para conquistar.
Don Cuauhtémoc grabó un poco de esta música para poder mostrarle a su nieto la música de su época; también poder mostrar a su esposa a quien le gusta este instrumento, quien viaja hasta México para poder disfrutar del organillo.
Francisco Gómez Gómez, es originario de Ocosingo, a su llegada a la capital buscó una oportunidad para ganar dinero, aunque pasó por muchos lugares, encontró esta oportunidad la de ser un organillero, reconoce que aunque es como una caja musical debe esperar a que la melodía termine para poder cambiar de música, son cinco las melodías con las que cuenta la caja musical.
En un día complicado puede obtener hasta 500 pesos y en un día bueno las ganancias se duplican, el reto de este trabajo es el de cargar el instrumento por las calles de Tuxtla Gutiérrez.
El organillo pesa 60 kilos y la destreza de quien lo ejecuta consiste en encontrar los puntos importantes para ejecutar este instrumento.
El organillo tiene un origen alemán, pero su mejor momento lo tuvo en el Siglo XX en la Ciudad de México.
PIE DE FOTO:
El organillero es un músico callejero itinerante, que se gana el sustento ejecutando un instrumento musical autómata.
Foto: Alejandra Chávez
