Desde el 2015 familias del ejido La Pimienta han atravesado por diversas situaciones, una vacuna pudo ser la causa de las secuelas que hayan dejado en 31 menores.

Daniela Grajales NOTICIAS

Fotos: Daniela Grajales Pie de foto: Sepultan a niña afectada por la vacuna aplicada en 2015

Recorrimos más de 150 kilómetros para llegar a la casa de Ana Marina, curvas, baches, deslaves, terracería; lejos de la capital chiapaneca, en la zona salir avante de las enfermedades es un “privilegio”.

¿Por dónde queda la comunidad de la Pimienta?, preguntamos, los habitantes muy amables nos responden, “la otra calle derecho, hasta topar pared y luego derecho”.

Tal cual las instrucciones, llegamos, como si algún político en campaña visitara la comunidad, así nos recibieron, entre tristeza y alegría, tristeza porque Ana Marina ya no estará más en casa, porque lloran su ausencia; y alegría porque han llegado los medios de comunicación para hacer eco a su sentir.

Un pequeño féretro color café hay dentro de la casa, la mayoría que rodeaban a Ana Marina, eran niños, su madre, tía y abuela están en una esquina llorando la partida de la pequeña.

En el patio ya no entra ningún alma, la bocina comunitaria continúa anunciado la llegada de las cámaras, mientras tanto le damos el pésame y platicamos con la mamá de Ana, doña Isidra.

“La niña empezó a convulsionar el lunes temprano, la llevamos al doctor, ahí le pusieron medicamento en su brazo, no sé qué era, porque me dijeron que me saliera, la niña estaba muy mal”, relata doña Isidra.

A la llegada del comisariado Ejidal, David, tío de la menor fallecida, nos presenta, y comienza a contarnos que desde hace 7 años han venido luchando junto con los 31 niños que fueron vacunados el 8 de Mayo del 2015, a partir de ahí, los pequeños han sufrido en su salud.

“Mi nombre es Hernan Hernández Gutiérrez, como comisariado ejidal del ejido La Pimienta, del municipio de Simojovel, Chiapas, estamos aquí lamentando la niña, que falleció el 7 de julio, que está niña forma parte de los 31 bebés que fueron vacunados en el 2015, el 8 de mayo, hasta la fecha los niños están realmente mal de salud, los niños lo vemos que cada rato convulsionan”.

Las declaraciones de Hernández Gutiérrez, son las mismas de hace siete años, cuando las autoridades de salud, dieron a conocer que la causa de la muerte de los dos bebés en esa ocasión, fue causada por una bacteria.

“La bacteria identificada es Staphylococcus hominis que se encuentra en la piel de las personas, proveniente de una fuente común”.

De los 31 niños que fueron vacunados, solo sobreviven 28, ellos solo observan la entrevista,donde detalla que su vida corre peligro.

Las condiciones sanitarias que predomina en el ejido la Pimienta, son vulnerables, carecen de drenaje y tubería de buena calidad, por lo que también cabe la razón que pudo ser una bacteria que haya quitado la vida de hasta ahora tres menores, tal como lo indican las investigaciones del sector salud.

Los familiares de Ana Marina piden justicia, aunque el apoyo que hasta ahora les han brindado, dicen “no es suficiente”, quiere. Que caiga todo el peso de la ley, “caiga quien caiga”.

“Desde el 8 de Mayo del 2015, sufrió la afectación de la vacuna tres de mis nietos, la verdad duele, no nos hizo caso el gobierno, más se hizo caso siempre con el IMSS, aquí en el ejido vino los Derechos Humanos, vino el ministerio público federal, aún emitimos demanda, hasta ahorita no hay nada, solo nos dieron una constancia que se llama salud vitalicia, que iban a dar dinero, alimento, medicamentos y citas médicas, no digo que no la están cumpliendo las citas médicas, la están cumpliendo cada año”, refiere el abuelo de Ana Marina.

Los testimonios concuerdan con la de la familia de Marina, quien ya fue enterrada en el panteón de su ejido, la familia Teratol cree tanto en su religión que realizaron cantos y se despidieron de ella de manera emotiva.

Este tema ha vuelto a abrir archivos, la atención está ahí para las familias, el abogado de los padres afectados continúa trabajando para que se haga justicia.