
La muestra integra piezas originales provenientes de excavaciones en el Templo Mayor y sus alrededores
STAFF NOTICIAS

El museo de sitio del Templo Mayor inauguró ayer la exposición temporal “Tenochtitlan: Origen y vocación de una ciudad”, que recorre la historia de la capital mexica a lo largo de 700 años. La muestra integra piezas originales provenientes de excavaciones en el Templo Mayor y sus alrededores, así como reproducciones facsimilares, acuarelas y textiles, ofreciendo una visión completa del imperio y el pueblo mexica.
El recorrido fue presentado por Eduardo Matos Moctezuma, fundador del Templo Mayor y cocurador de la exposición, acompañado de especialistas como Antonio Saborit, Manuel A. Hermann Lejarazu, María Castañeda de la Paz, Miguel Pastrana Flores, Patricia Ledesma Bouchan y Salvador Rueda Smithers. En total, la exhibición cuenta con alrededor de 65 piezas, distribuidas en tres salas que muestran desde la salida de los mexicas de Aztlán hasta los eventos posteriores a la Conquista española.
Según las cédulas informativas, Aztlán era una isla situada en un norte lejano y desconocido, de donde los mexicas tuvieron que salir por los malos tratos de los gobernantes locales, siguiendo la orden de su dios Huitzilopochtli para buscar una nueva tierra donde establecerse. Miguel Pastrana Flores, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, señaló que la exposición busca enmarcar la fundación de Tenochtitlan dentro de un proceso histórico, mostrando no solo el evento en sí, sino también los antecedentes y los elementos que posteriormente darían forma a la ciudad.
Debido a la destrucción sufrida durante la Conquista y la reutilización de materiales para otros edificios, no existen muchas piezas originales del periodo de migración y fundación, pero sí se conservan monumentos, crónicas y tradiciones históricas que permiten reconstruir esa narrativa. Las piezas exhibidas en las dos primeras salas, originales o reproducidas, corresponden al periodo prehispánico, mientras que los códices presentados, aunque afectados por la destrucción, son copias que conservan la escritura nahua y permiten asegurar su autenticidad cultural.
El recorrido incluye desde la salida de Aztlán hasta la fundación de Tenochtitlan, destacando los elementos simbólicos de la ciudad y cómo los elementos mesoamericanos fueron reinterpretados durante la Colonia y la era nacional para formar símbolos de identidad. La cronología inicia en 1325 con registros mesoamericanos como el Teocalli de la Guerra Sagrada, seguido por la fundación de la ciudad, su caída en 1521 y los primeros años de la Colonia, culminando en la consolidación de Tenochtitlan como emblema nacional desde 1821.
Durante la inauguración, Matos Moctezuma destacó la importancia de la agricultura para los mexicas, reflejada en la cosmovisión dual de sus templos, dedicados al dios de la guerra y al de la lluvia, símbolos que aseguraban la fertilidad de los campos y la abundancia de la comunidad. Entre las piezas exhibidas destacan una réplica de la escultura de Huitzilopochtli, una piedra tallada en alto relieve con forma de biznaga, un Cuauhxicalli (recipiente de águila), armas como lanzadardos y flechas, así como facsimilares del Códice Boturini, que permiten conocer la riqueza ritual, artística y militar de los mexicas.
La exposición “Tenochtitlan: Origen y vocación de una ciudad” ofrece así un viaje profundo a la historia de una de las civilizaciones más influyentes de Mesoamérica, combinando arqueología, historia y arte para revivir la memoria y la identidad del pueblo mexica.
FOTO: CORTESÍA
PIE DE FOTO: La exposición “Tenochtitlan: Origen y vocación de una ciudad” ofrece así un viaje profundo a la historia de una de las civilizaciones más influyentes de Mesoamérica.

