Los asistentes, disfrutaron de la intensidad del flamenco
STAFF NOTICIAS

Durante el sábado 22 de noviembre, la diversidad de propuestas dancísticas tomó los escenarios del X Encuentro Nacional de Danza (END). Este evento, organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Danza, permitió al público disfrutar de una mezcla de estilos que abarcó butoh, contemporáneo, fandango, flamenco y performance.
En los espacios abiertos del Museo de Arte Moderno se realizaron activaciones teórico-performáticas como parte del 4° Coloquio Latinoamericano de Investigación y Prácticas de la Danza: Visiones Contemporáneas desde la Escena (VISCESC). Estas exploraron temas diversos, desde prácticas colaborativas y danzas comunitarias que resisten, hasta cuerpos-archivo, autoetnografía, improvisación queer y rutas de creación situadas.
En el Museo Tamayo se presentó la conferencia performática de Fosfenos de azúcar, Stimming: danza sobre el autismo, creada por una mujer autista. El evento se convirtió en un espacio profundo e inclusivo gracias a la activa participación del público, que pudo compartir experiencias y reflexionar sobre la empatía hacia la neurodivergencia y el autismo.
Stimming es una danza adaptada especialmente para personas dentro del espectro autista. Su objetivo central es utilizar el arte escénico para resonar con esta comunidad y resignificar la palabra autismo.
Con una gran audiencia, el Pabellón Escénico recibió la obra de butoh Máscara Doble, protagonizada por Saga Kobayashi. La pieza retoma la coreografía original «danza de espaldas» que Tatsumi Hijikata, fundador del butoh, creó para la bailarina en 1970.
En esta presentación, Saga Kobayashi viaja en el tiempo para reinventar la danza a partir del método de notación de Hijikata. El resultado es un portal donde el cuerpo vibra entre lo real y lo ilusorio.
Los asistentes al END disfrutaron de la intensidad del flamenco con la presentación de la compañía Iberia, en la Plaza Ángel Salas. La tradición española cobró vida en el escenario, entrelazando su pulso con las entusiastas palmas del público asistente.
Como parte de la programación al aire libre, el Jardín Escénico se llenó de son y zapateado gracias a la agrupación ¡Qué siga el Fandango!. Este colectivo crea espacios vivos de música, danza y convivencia alrededor de la tradición jarocha. Entre versos y el ritmo de la tarima, el público se sumó al baile, creando un ambiente festivo.
El Teatro de la Danza Guillermina Bravo cerró el penúltimo día del Encuentro con la presentación de The New Mexican Mestizx. Esta pieza de danza contemporánea plantea la pregunta sobre qué ocurre cuando un cuerpo cruza una frontera sin pedir permiso.
Inspirada en la obra de Gloria Anzaldúa, la coreografía escenifica violencias que persisten y transforma el espacio en un territorio de resistencia.
FOTO: CORTESÍA
PIE DE FOTO: Inspirada en la obra de Gloria Anzaldúa, la coreografía escenifica violencias que persisten y transforma el espacio en un territorio de resistencia.
