KARLA GÓMEZ NOTICIAS

El Lunario del Auditorio Nacional se llenó de música, color y fantasía con las dos funciones de Hansel y Gretel, ópera del compositor alemán Engelbert Humperdinck presentada en una versión abreviada y adaptada para el público infantil. La puesta en escena, dirigida por Jorge Ballina, ofreció una experiencia mágica que combinó el canto lírico, la narración y una innovadora escenografía digital inspirada en los libros de cuentos.
Con una duración de una hora, la producción formó parte de la temporada 2025 de Ópera para Niños del Lunario y consiguió acercar al público más joven al mundo de la ópera a través de una propuesta accesible y visualmente deslumbrante. Las pantallas LED proyectaron animaciones que recrearon el bosque, la casa de dulces y otros escenarios del clásico relato de los Hermanos Grimm, mientras que el vestuario, diseñado con guiños a la cultura mexicana, dio un toque local y contemporáneo a la historia.
El público, integrado principalmente por niñas, niños y sus familias, disfrutó de una puesta en escena dinámica, llena de ritmo y humor. La dirección escénica de Ballina logró mantener la atención de los pequeños espectadores mediante un lenguaje claro, imágenes vibrantes y un tempo adecuado para su edad.
En la parte visual y creativa colaboraron destacados artistas: Mario Marín del Río en el vestuario y las ilustraciones de video; Clemente Vega en la coreografía y narración; Alejandro Villalobos en las animaciones digitales; y Patricia Gutiérrez en la iluminación. La dirección musical corrió a cargo de Sergio Vázquez, quien guió con precisión al elenco y acompañó al piano cada una de las arias y dúos.
El reparto estuvo integrado por las voces de Mariana Ruvalcaba (soprano), Andrea Pancardo (mezzosoprano), Rubén Berroeta (contratenor), Rosario Aguilar (soprano) y Juan Marcos Martínez Mijares (barítono), quienes recibieron calurosos aplausos del público al final de cada función.
La presentación se inscribió en el programa Lunario Niños, iniciativa que busca acercar las artes escénicas a las infancias mediante producciones originales e innovadoras. Con el respaldo de ProÓpera, el proyecto reafirmó al Lunario como un espacio donde la creatividad, la música y la educación convergen para sembrar el gusto por la ópera desde temprana edad.
FOTO: KARLA GÓMEZ
PIE DE FOTO: El público, integrado principalmente por niñas, niños y sus familias, disfrutó de una puesta en escena dinámica, llena de ritmo y humor.
