Luis Vallejo NOTICIAS

Ante el incremento en los casos de suicidios de jóvenes en la entidad, el arzobispo de la capital chiapaneca, monseñor José Francisco González González, advirtió que la educación ideologizada y el debilitamiento de la fe entre los jóvenes podrían contribuir al aumento de este fenómeno, el cuál dijo, refleja el vacío espiritual que atraviesa la sociedad occidental.
“El suicidio, por desgracia, es un mal que sigue creciendo en nuestro mundo occidental. El corazón se siente hueco y se tienen menos deseos de luchar por la vida”, señaló el arzobispo al referirse al incremento de suicidios, particularmente entre hombres jóvenes, en lo que va de 2025.
Monseñor apuntó que este problema no se origina necesariamente por la pobreza o la falta de oportunidades, sino por la pérdida de sentido espiritual y de pertenencia. “Cuando una persona se siente querida y amada, se va sintiendo plena; pero cuando se siente sola, la soledad es mala consejera, sobre todo si no tiene un fundamento espiritual”, expresó.
Asimismo, González González lamentó que en las instituciones educativas se desaliente a los jóvenes de vivir su fe, al considerarla incompatible con el pensamiento científico. “
Vemos con preocupación que en las instituciones académicas lo primero que les quitan a los jóvenes es la fe. Como si la fe, al no ser científica, no tuviera razón de ser en un mundo moderno”, dijo.
En ese sentido, advirtió que los modelos educativos que promueven una visión relativista de la identidad podrían agravar la crisis emocional entre la juventud. “Ese tipo de educación ideologizada, que no es natural, va a generar más vacíos, y los vacíos son los que llevan al suicidio”, afirmó.
El arzobispo de Tuxtla llamó a fortalecer los valores familiares, la caridad y el sentido de comunidad como caminos para prevenir el suicidio. “En la medida en que salgamos de nosotros mismos, seamos más altruistas y caritativos, encontraremos la plenitud que da sentido a la vida”, dijo para finalizar.

Foto: Luis Vallejo

Pie: El arzobispo de Tuxtla advirtió que los modelos educativos que promueven una visión relativista de la identidad podrían agravar la crisis emocional entre la juventud.