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El regreso a Corea del Sur

COREA DEL SUR — Más de 300 trabajadores surcoreanos que fueron detenidos por las autoridades de inmigración en Georgia la semana pasada, regresaron este viernes a su país. El grupo llegó al aeropuerto internacional de Seúl, donde familiares y simpatizantes los recibieron con pancartas y muestras de apoyo.

Una de las pancartas mostraba a un agente de ICE con pistola y cadenas, junto a una máscara con la cara de Donald Trump y la frase: “¡Somos amigos! ¿Verdad?”.

Los reencuentros fueron emotivos. Una madre, identificada por CNN como la señora Park, declaró: “Estoy agradecida de que haya regresado sano. Mi hijo tiene alergias, así que eso me preocupaba. Solo pensar en él esposado y con grilletes en los tobillos es profundamente traumático”.

La indignación en Corea del Sur

Las imágenes de los trabajadores encadenados durante la redada provocaron una fuerte reacción en Corea del Sur. Padres denunciaron que no pudieron comunicarse con sus hijos durante días. Otra madre dijo que ver los videos de la redada le “causó mucha angustia” y aseguró que por ahora no quiere que su hijo regrese a trabajar a Estados Unidos.

El tema escaló al ámbito diplomático: el ministro de Asuntos Exteriores, Cho Hyun, viajó a Washington para negociar la liberación, mientras el presidente Lee Jae Myung calificó la situación como “muy confusa” para las empresas surcoreanas y advirtió que podría afectar la inversión extranjera directa en Estados Unidos.

Impacto en las inversiones bilaterales

El caso ocurre en medio de un acuerdo de inversiones millonarias. Solo Hyundai había prometido US$ 25.000 millones en proyectos en Estados Unidos tras reuniones con Trump. Parte de ese plan incluía la construcción de una planta de baterías en Georgia, en sociedad con LG, donde ocurrió la redada.

El CEO de Hyundai, José Muñoz, reconoció que la operación enfrentará un retraso de dos a tres meses y que mientras tanto se abastecerán de baterías en otras plantas. El proyecto había sido presentado como un motor de 8.500 empleos en la región.

El debate sobre las visas

ICE sostuvo que muchos de los trabajadores habían ingresado ilegalmente o extendido sus estadías más allá de lo permitido. Sin embargo, abogados afirman que varios estaban legalmente contratados, incluso bajo esquemas de exención de visa para labores de consultoría.

El gobierno surcoreano planteó la creación de nuevas categorías de visas o el aumento de cuotas para evitar que situaciones similares afecten la cooperación económica.

Lo que está en juego

La redada no solo retrasó un proyecto clave, también dejó un sabor amargo en Corea del Sur, donde se percibe como una traición en medio de una relación histórica que se remonta a la Guerra de Corea de 1953. Aunque los trabajadores ya regresaron, el futuro de las inversiones coreanas en EE.UU. y la confianza empresarial permanecen en duda.

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Más de 300 trabajadores surcoreanos que fueron detenidos por las autoridades de inmigración en Georgia la semana pasada, regresaron este viernes a su país.

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