KARLA GÓMEZ NOTICIAS

Con el proyecto Opera Aperta, la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao participa en la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia 2025 con el objetivo de mostrar cómo cada persona puede intervenir en su entorno para mejorar la vida de la comunidad, la ciudad y el planeta. El evento internacional, que reúne a los más destacados exponentes de la disciplina, concluirá el próximo 22 de noviembre.
En México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) organizó una charla en el auditorio del Museo Rufino Tamayo para dar a conocer el alcance del proyecto y difundir la participación de creadores mexicanos en la Bienal. Acompañada por Dolores Martínez Orralde, subdirectora general del Patrimonio Artístico Inmueble del INBAL, Bilbao compartió con un público numeroso —en su mayoría jóvenes— los detalles de esta propuesta arquitectónica que representa a la Santa Sede.
La arquitecta relató que, meses atrás, recibió la invitación del cardenal José Tolentino de Mendoza, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano, para realizar el pabellón de la Santa Sede en la Bienal. El encargo consistió en la restauración de la Casa de Santa María Auxiliadora, un antiguo hospicio fundado en el siglo XII y ubicado entre los Giardini y el Arsenale de Venecia. El recinto, que a lo largo de su historia funcionó como albergue de peregrinos, hospital y ludoteca, reabre sus puertas no como museo, sino como “un espacio vivo en transformación”.
El proyecto, desarrollado por Tatiana Bilbao ESTUDIO en colaboración con el colectivo barcelonés MAIO y bajo la curaduría de Marina Otero Verzier y Giovanna Zabotti, toma su nombre del ensayo Opera aperta de Umberto Eco. Su planteamiento gira en torno a la arquitectura entendida como un proceso abierto, inclusivo y humano, en el que restaurar no significa ocultar cicatrices, sino hacerlas visibles para generar encuentro y memoria compartida.
Además de las tareas de restauración, el proyecto integra actividades culturales y comunitarias vinculadas con la vida cotidiana, como gastronomía, música y talleres, en los que participan vecinos, universidades y asociaciones locales. De esta manera, un espacio anteriormente semiabandonado y afectado por las inundaciones recurrentes de Venecia se convierte en un lugar de encuentro y fortalecimiento del tejido social.
Las actividades artísticas y comunitarias se extenderán hasta la clausura de la Bienal, el 22 de noviembre, mientras que las obras de restauración continuarán hasta febrero de 2026. La propuesta de Bilbao ha recibido una mención especial como uno de los proyectos más significativos del certamen.
“Partimos —señaló la arquitecta— del propósito de mostrar a la arquitectura no como un contenedor de funciones, sino como soporte para vínculos físicos, sociales y afectivos, y constatar cómo cada persona puede intervenir en su entorno para mejorar la vida de la comunidad, de la ciudad y del propio planeta”.
Con Opera Aperta, Tatiana Bilbao reafirma su visión de la arquitectura como una práctica transformadora, capaz de unir pasado y presente, restauración y vida comunitaria, en beneficio de la humanidad y del entorno compartido.
FOTO: KARLA GÓMEZ
PIE DE FOTO: Con Opera Aperta, Tatiana Bilbao reafirma su visión de la arquitectura como una práctica transformadora.