Por: Carlos Serrano
El resultado de la consulta realizada el pasado domingo en los municipios de Palenque, Ocosingo, Chilón, Salto de Agua y Tumbalá no solo ha sido un triunfo para el proyecto de “La autopista es nuestra, la ruta de las Culturas Mayas”, sino también un testimonio irrefutable del poder de la participación ciudadana y el compromiso de un gobierno que se guía por la voluntad del pueblo. Más de 39 mil chiapanecos decidieron, de manera clara y contundente, que este proyecto es el camino para el futuro de Chiapas y de toda la región.
Lo que este ejercicio democrático demuestra, además de la aceptación mayoritaria del proyecto, es que el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar ha logrado conectar con las necesidades más profundas de las comunidades chiapanecas. La consulta ha sido un modelo de cómo el gobierno, en su mejor versión, debe actuar: escuchando a la gente, garantizando su voz y respetando su decisión. Con un proceso electoral transparente, con una amplia participación y con una jornada que se desarrolló sin incidentes, la gestión estatal ha dado un paso firme hacia una verdadera democracia participativa.
Es importante resaltar que este proyecto de infraestructura no es solo una obra de construcción, sino una pieza clave para transformar la región. La autopista Palenque-Ocosingo, una de las principales arterias que conecta a municipios de gran importancia cultural y económica, se convertirá en un impulsor del desarrollo económico, social y cultural. Esta obra tiene el potencial de ser un catalizador para que Chiapas sea un estado más integrado, más accesible y más próspero.
La conectividad será uno de los principales beneficios inmediatos. El tiempo de desplazamiento entre los municipios será reducido considerablemente, facilitando el transporte de personas, mercancías y productos. Esto tendrá un impacto directo en el comercio local, impulsando la economía de las comunidades cercanas. Además, la mejora en la infraestructura vial atraerá a más turistas, lo que se traduce en más oportunidades de empleo e ingresos para las familias de la región.
Otro aspecto clave de este proyecto es su carácter sostenible y su compromiso con el medio ambiente. La administración estatal ha enfatizado que la autopista no será una obra que se limite a mejorar la conectividad, sino que se llevará a cabo respetando el entorno natural y preservando los recursos ecológicos que hacen única a esta zona del estado.
A diferencia de proyectos anteriores en los que la concesión de infraestructuras de este tipo se entregaba a empresas privadas, esta autopista será gestionada por el gobierno estatal y administrada por las comunidades. Esto asegura que los recursos generados por la obra, en términos de impuestos y beneficios económicos, quedarán en manos de los chiapanecos y no se destinarán a intereses externos. La decisión de no concesionar el proyecto subraya un principio fundamental en el que las grandes obras deben ser para el pueblo, no para el beneficio de unos pocos.
El liderazgo de la secretaria General de Gobierno y Mediación, Patricia Conde Ruiz, ha sido esencial para que la consulta se llevara a cabo de manera eficiente. La mediación y el trabajo en terreno que la funcionaria realizó fueron claves para que los ciudadanos pudieran expresar su voluntad en un ambiente de respeto y orden. Sin su intervención, este proceso podría haber estado marcado por tensiones y malentendidos, lo que habría dificultado una votación tan ejemplar como la que se vivió este fin de semana.
La consulta no solo confirma el apoyo popular al proyecto, sino que también abre un nuevo capítulo en la forma en que los chiapanecos participan en las decisiones que afectan su futuro, demostrando así que Chiapas está listo para dar un paso hacia una gobernanza más cercana a la gente, basada en la participación y en la construcción conjunta de soluciones.
Así pues, el proyecto de la autopista no será solo una infraestructura vial más, sino un símbolo de un futuro más conectado, más próspero y más equitativo para todos los chiapanecos. El triunfo de la consulta, con su rotunda mayoría de votos a favor, marca el inicio de una Nueva ERA para el estado, una era en la que las decisiones se toman en conjunto.
