Karla Gómez NOTICIAS
La muestra ha sido visitada por cerca de 100 mil personas en el Museo del Palacio de Bellas Artes; continúan actividades paralelas abiertas al público en general

Un total de 97 mil 611 personas de todas las edades han visitado la exposición Diego Rivera. Nueva vida a un mural destruido 1933/1934, la cual se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes hasta el próximo domingo 8 de septiembre, por lo que aún queda una semana para recorrer el acervo que la conforma y disfrutar de sus diversas actividades paralelas.
Organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), en el marco por el 90 aniversario del Museo del Palacio de Bellas Artes, la exposición ofrece a los visitantes una mirada intensa a la historia de una de las obras más representativas de este acervo: el mural El hombre controlador del universo, de Diego Rivera. La muestra se inauguró el pasado 25 de junio y hasta una semana antes de su culminación son casi 100 mil personas las que la han disfrutado esta muestra.
Los antecedentes del mural El hombre controlador del universo tiene una historia, en sí misma, interesante, pues en 1931 el magnate estadounidense Nelson Rockefeller encargó la elaboración de tres pinturas monumentales en el vestíbulo del edificio Radio City en Nueva York, para lo cual invitó a tres reconocidos artistas de talla internacional: Pablo Picasso, Henry Matisse y el mexicano Diego Rivera, quien fue el único en aceptar la comisión.
Después de mostrar los bocetos y revisar el proyecto, Rivera decidió ejecutar la obra con la técnica del fresco y utilizar una amplia variedad de colores, contrario a las condiciones establecidas por los contratistas del edificio. El tema del mural sería El hombre en la encrucijada, mira con esperanza y gran visión hacia la elección de un futuro nuevo y mejor. Sin embargo, antes de terminarla, decidió agregar el rostro de Vladimir I. Lenin junto a otros personajes socialistas, lo que provocó que el mural fuera censurado y finalmente destruido en 1934 por órdenes del empresario, debido a las diferencias de ideales políticos.
Diego Rivera dio una nueva oportunidad a dicho mural destruido y plasmó uno nuevo, El hombre controlador del universo, en los muros del Palacio de Bellas Artes. La exposición Diego Rivera. Nueva vida a un mural destruido 1933/1934 rememora esta obra y presenta una parte de la historia de su proceso de elaboración.
Para ello se ha reunido un conjunto de obras, entre pintura, dibujos, bocetos, fotografías y documentos impresos y sonoros procedentes de diversas colecciones públicas y privadas, que no solo celebran la creatividad y la genialidad de Diego Rivera, sino también permiten adentrarse en un capítulo fascinante y turbulento de la historia del arte mexicano y del mundo.
Se trata de más de treinta piezas, entre las que se encuentran obras de Diego Rivera realizadas a partir de su visita a Moscú en 1927, durante el décimo aniversario de la Revolución bolchevique; los primeros bocetos del mural El hombre en la encrucijada; fotografías de Tina Modotti y Lucienne Bloch, así como documentos fílmicos, sonoros y hemerográficos, los cuales, por primera vez se reúnen en una misma exposición en las salas del museo ubicadas junto al mural El hombre controlador del universo, versión recreada por Rivera en la Ciudad de México de la obra destruida en Nueva York.
De manera especial destaca el boceto Estudio para el mural destruido “El hombre en la encrucijada y mirando con incertidumbre, pero con esperanza y visión elevada la elección de un nuevo rumbo que lleve a un futuro nuevo y mejor”, de 1931, perteneciente a la Colección Juan Rafael Coronel Rivera, por cortesía de la Galería Pablo Goebel Fine Arts.
Apreciar los bocetos del mural destruido de Rivera en el Centro Rockefeller de Nueva York resulta una oportunidad única para confrontarlos con la recreación que hace el artista mexicano en las paredes del Palacio de Bellas Artes en su 90 aniversario.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: La exposición ofrece a los visitantes una mirada intensa a la historia de una de las obras más representativas de este acervo.