Maritza López y El Reynito en un encuentro con la decadencia
Karla Gómez NOTICIAS

En la turbulenta década de los noventa, cuando la cultura urbana y la rebeldía juvenil convergían en las calles de México, surgió una colaboración que trascendería el tiempo. Maritza López, fotógrafa visionaria, capturó la esencia etérea de un ángel a través del lente de su cámara, teniendo como modelo al icónico artista y promotor cultural, Miguel Ángel Corona, conocido como El Reynito. Tres décadas después, este encuentro se reaviva en una exposición y performance que reflexiona sobre la decadencia del cuerpo y la inevitabilidad del tiempo.
El Museo de Arte Moderno (MAM) presenta la exposición «Maritza López. De viento y materia», una muestra que nos invita a explorar la relación entre el cuerpo y la luz, donde los personajes se transforman en paisajes abstractos y narraciones poéticas. La curadora Katnira Bello describe la muestra como una evocación de múltiples imaginarios, donde la piel se convierte en un lienzo de evocación poética.
El Reynito, protagonista de la serie «Muy cerca del cielo» (1992-93), revive su colaboración con López a través de un performance titulado “Para subir al cielo se necesita una poca desgracia”, una frase tomada de la icónica canción «La bamba». Esta acción artística, presentada en tres momentos, refleja el ciclo de la vida y la carrera de un artista: la ascensión, la estabilidad y la inevitable decadencia.
Durante la inauguración de la muestra, El Reynito compartió recuerdos de cómo comenzó esta historia en un Festival del Centro Histórico. “Ahí Maritza López y yo articulamos la primera versión del performance ‘Para subir al cielo se necesita una poca desgracia’”, rememoró con nostalgia. La colaboración original fue una exploración de la imagen de los ángeles, figuras emblemáticas del festival, y se ha transformado en una reflexión profunda sobre el paso del tiempo y la caída.
El performance comienza con la «Acciondencia», la acción de ascender, simbolizando el inicio y la aspiración de cualquier creador. La segunda parte representa la plenitud, la madurez y la fuerza de un artista que despliega sus alas en su máximo esplendor. Sin embargo, la tercera acción nos enfrenta a la realidad inexorable: la caída. Con 65 años, El Reynito representa al ángel caído, expulsado del cielo y del apoyo institucional, en una caída estrepitosa que resuena con la realidad de muchos artistas veteranos.
Brenda Caro, titular de Curaduría del MAM, destacó la imponente fotografía de gran formato que recibe a los visitantes en la entrada de la sala, una imagen de El Reynito desnudo con alas de ángel, que resume la esencia de esta colaboración artística. “Es una de las propuestas más interesantes en términos de composición, con un espíritu muy performático, que va más allá de la propia toma”, comentó Caro. La complicidad entre López y sus modelos es evidente, tejiendo una narrativa visual que trasciende el mero acto fotográfico.
El performance de El Reynito no solo sirvió como un tributo a su larga colaboración con Maritza López, sino también como una oportunidad para que nuevos espectadores descubrieran esta fascinante exposición que examina la luz, la sombra y el desnudo. «Maritza López. De viento y materia» concluye su exhibición el domingo 19 de mayo, dejando una huella imborrable en la escena cultural contemporánea.
Así, entre imágenes de ángeles y reflexiones sobre la decadencia, Maritza López y El Reynito nos invitan a contemplar no solo la belleza del cuerpo y el arte, sino también la inevitable caída que todo ser enfrenta. Un viaje poético y visual que sigue resonando, treinta años después, en cada mirada y en cada reflexión sobre nuestra propia existencia.
Foto: Cortesía
Pie de foto: El Museo de Arte Moderno (MAM) presenta la exposición «Maritza López. De viento y materia.»